lunes, 26 de septiembre de 2011

El sueño cumplido 3° parte

8 de febrero.  Había que seguir subiendo. Partí con Javier mi compañero de Buenos Aires Sebastián y Marco, unos chicos de Córdoba que había conocido unos días antes. El próximo paso eran los 5.400 metros de Nido de Cóndores. Pasamos por cambio de pendiente, descansamos media hora y seguimos. Llegamos a las 17 y lo primero que hice fue desprenderme de un kilo extra de peso: una leche Cindor que traía desde Mendoza. Luego de tanto trajín fue una recompensa para mí y alguno de mis compañeros. Aunque alguno no la podía ni oler porque le producía nauseas. El mal de altura aún nos afectaba a varios. Armamos  la carpa y el menú de la cena ya estaba decidido: polenta con estofado de jamón. Cuando saqué de la mochila, cebolla, ajo, jamón, morrón y tomate mis compañeros de ascenso no lo podían creer. Una de las cosas más importante a esas alturas es el agua, y no es algo fácil de obtener. Hay que recolectar hielo o nieve y pasar muchas horas derritiéndolo, ya que hay muy poco oxigeno que demora algo que a nivel del mar sería muy sencillo. Además, por eso mismo, la combustión es más lenta. El agua es vital y se necesitan 3 o 4 litros por persona por día, o más. Cenamos y final del día.

Llegada al campamento Nido de Cóndores.


Atardecer en Nido de Cóndores.


Campamento Nido de Cóndores.


Vista del cerro La Mesa


Vista hacia el Campamento Berlin.


9 de febrero. Fue poco lo que dormimos. Sabíamos que quedaba un paso más, previo a la cumbre: el campamento Berlín.  El insomnio es una de las consecuencias directas del mal de altura. Si no se puede dormir hay que quedarse lo mas quieto posible, para ahorrar energía. A las 10 nos levantarnos, desayunamos y tuvimos la primera baja del grupo. El cansancio de tantas jornadas se hacia notar y Javier decidió volver. Su cumbre quedó para más adelante. Luego de unas 4 horas lo que quedaba del grupo llegó a Berlín. Mientras armaba la carpa con Marco, Sebastián derretía agua. Tardó 6 horas en obtener la cantidad que necesitábamos. Incluso mientras cenábamos, Sebastian seguía con su trabajo. Otra vez intentamos dormir, otra vez fue muy difícil hacerlo.

Campamento Berlin(5900 mts.)

10 de febrero. A las 4 de la madrugada ya estábamos derritiendo nieve nuevamente, hidratándonos, comiendo. A punto de salir, tuvimos la segunda baja: Marco no estaba nada bien del estomago. A las 5:15 nos pusimos en marcha con una incertidumbre total, pero con muchas ganas de cumplir un sueño. Una buena noticia: no había viento. Paso a paso nos alejábamos del campamento y luego de unas dos horas comenzamos a ver la salida del sol, mientras una gigantesca luna, todavía bien presente, parecía marcarnos el camino. La imponente silueta de la montaña estaba ahí, y nosotros seguíamos con paso lento pero decidido.

La sombra del Aconcagua sobre el pacifico.


La luna nos acompañaba en el camino.


Llegamos al refugio Independencia. Nos hidratamos y seguimos. Había que seguir. Queríamos seguir. Al mediodía llegamos a La Cueva: ya se veía la cumbre. El buen tiempo nos acompañaba: era un día impresionante, sin nubes ni viento. Y el sol al alcance de la mano. A las 15:40 hicimos cumbre. La verdad, llegué con lo justo. Sentía bastante frío y el agotamiento era total. Pero nada de eso impidió que pudiera disfrutar de esa cumbre tan soñada. Me quedé ahí, en la cima de América, una hora. Luego, lentamente, comenzamos el regreso. Llegamos a la carpa a las 21:30, ya casi de noche. Estaba “muerto”, con un talón que era una sola llaga y dos dedos totalmente negros por el esfuerzo. Pero estaba feliz como pocas veces antes en mi vida.  

Vista de la cumbre, desde el filo del guanaco. 


 La cumbre y la dedicación a mi hija.  


 
Cumbre y vista de la cumbre sur del Aconcagua. 

 

El regreso por el filo del guanaco.


Muchos me preguntan por qué fui, por qué decidí subir el Aconcagua. Es fácil responder. Lo primero que se me ocurre decir es: porque está ahí. Y todo, montañas, mares, selvas, bosques, toda la naturaleza es para disfrutarla. Sólo hay proponérselo y prepararse. Me gustan los desafíos y me gusta superarme día a día. Todos podemos. Sólo hay que animarse.   

Salud.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Felicitaciones VTR!!!!!!

Quiero felicitar a todos por las ganas y el sacrificio que ponen en cada entrenamiento y por contagiar el uno con el otro ese entusiasmo que yo veo cada vez que los acompaño en mi tarea como entrenador.
Una vez mas los felicito de todo corazón, y nos vemos en el próximo entrenamiento.
un abrazo. Víctor 

viernes, 9 de septiembre de 2011

21 k, 11/9/11

Hola a todos, otra batalla nos espera el proximo domingo, aprovecho por este medio para saludarlos, y desearles lo mejor para esta carrera, se que va a ser dura, no solo por el recorrido sino tambien por la cantidad de personas que participaran, pero se que hemos hecho las cosas bien, y ahora nos toca entrar al corredor de salida, de la mejor forma y con las ganas que ponemos en cada uno de los entrenamientos que realizamos, no se apuren y salgan al ritmo que cada uno sabe, un abrazo y nos vemos el domingo.
Hernan 4'  ( 1h 24>)
Jonatan 4'08'' (1h 26'>)
Carlos 4' 12'' (1h 28'>)
Coti, Alexis, Horacio 4'28''(1h33'>)
Gonzalo 5' (1h45') o arriesga 4'35''(1h 37')
Gabriel, Ignacio 5'45/50'' (2hs<)
Diego 5'30''(1h 55' <)
Maria solo 10 k 6' 1h arriesga.
Victor (1h30 <)


miércoles, 7 de septiembre de 2011